El Vino Argentino


El Vino Argentino:

Las vides de la Misión En América Latina la vitivinicultura tiene más de cinco siglos, y aunque se sospecha que existían vides antes de la conquista española, las cepas más difundidas llegaron desde Europa. Además de las necesidades religiosas, el vino era considerado un alimento primordial como el trigo y el aceite de oliva. Las dificultades para trasladarlo obligaron a los colonizadores a afincar viñas en cada nuevo asentamiento americano.



Así fue que los frailes comprobaron que suelo y clima eran óptimos para la vid. Alrededor del siglo XVI fueron plantadas las primeras cepas en Argentina, en la región de Cuyo. El cultivo se irradió hacia el norte, siempre bordeando la Cordillera de los Andes, hasta constituir la zona vitivinícola más importante del Cono Sur. De esos tiempos data el vino "patero", ya que el proceso de elaboración se reducía a pisar las uvas en cueros de vaca, recolectar el mosto en recipientes de cuero y trasvasarlo a tinajas de barro donde comenzaba la fermentación que transformaría el natural jugo en vino sagrado.


En bodegas improvisadas, debajo de la tierra se conservaban las tinajas repletas de vino, a la espera del mejor momento para ser bebido. El tiempo y el hombre mejoraron las técnicas de elaboración y conservación hasta llegar al desarrollo de la vitivinicultura moderna.